1.3.20
aire y fuego
el último esbozo del otoño
nos tiraba todo el aire del vendaval
en el medio de la cara
mientras pedíamos otra calada
otro fuego
las dos sabíamos que solo unos árboles
y ese porro
auspiciaban ese inicio y ese cielo
no hubo misterio porque la dicha era buena
y mucha
y nuestro tiempo era nuestro
no hubo plan
porque el plan éramos nosotras
y todo lo que cupiera en nuestra imaginación
(y eso es mucho espacio)
esa tarde
en la arbolada que está junto al río
supimos que no necesitaríamos
una segunda oportunidad
somos de las que aprovechan
a la primera
las que gozan
a cielo abierto
y con el corazón
en la mano
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